Cómo cuidar tu piel si trabajas muchas horas frente a pantallas

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Pasar largas horas frente a una computadora, tableta o teléfono se ha vuelto parte de la rutina diaria de muchas personas. Aunque a primera vista parezca inofensivo, este hábito puede afectar la salud de la piel de manera significativa. La exposición constante a la luz azul, el estrés visual, la falta de descanso y el ambiente seco de las oficinas o espacios cerrados contribuyen a la deshidratación, el envejecimiento prematuro y la pérdida de luminosidad.

A continuación encontrarás una guía práctica para proteger y mantener la piel saludable a pesar del tiempo frente a las pantallas.

1. Comprende el impacto de la luz azul

Las pantallas emiten un tipo de luz visible conocida como luz azul (HEV). Diversos estudios han demostrado que, aunque no causa daño inmediato como los rayos UV, puede generar estrés oxidativo, afectar la producción de colágeno y provocar manchas con el paso del tiempo.

No se trata de dejar de usar los dispositivos, sino de minimizar la exposición directa y reforzar la protección cutánea con productos adecuados.

2. Usa protección solar, incluso en interiores

Muchas personas piensan que el protector solar solo es necesario al aire libre, pero la luz azul también puede alterar la piel en interiores. Elige un protector solar con amplio espectro (UVA, UVB y HEV) y aplícalo todas las mañanas, aunque no salgas de casa.

Los protectores que contienen óxido de hierro o antioxidantes son especialmente útiles porque ayudan a bloquear la luz visible y reducir los efectos del estrés oxidativo.

3. Mantén una rutina de limpieza constante

La acumulación de sebo, sudor y partículas del ambiente puede obstruir los poros, sobre todo cuando la piel está en contacto prolongado con dispositivos electrónicos.
Lava tu rostro dos veces al día con un limpiador suave que respete la barrera natural de la piel. Evita productos demasiado agresivos, ya que podrían aumentar la sequedad o la irritación.

Si utilizas maquillaje, desmaquíllate antes de limpiar tu rostro y procura dejarlo libre de productos durante algunas horas del día para que respire.

4. Hidrata más de lo habitual

El aire acondicionado y el calor de los dispositivos pueden resecar el ambiente y, en consecuencia, la piel. Aplica una crema hidratante con ácido hialurónico, ceramidas o glicerina, que ayude a retener la humedad y mantener la barrera cutánea en buen estado.

Si pasas muchas horas frente al monitor, puedes usar un spray facial hidratante a lo largo del día para refrescar la piel sin alterar el maquillaje ni la protección solar.

5. Refuerza tu piel desde dentro

La piel también necesita nutrientes para mantenerse resistente al estrés ambiental. Incluye en tu dieta alimentos ricos en vitamina C, E, betacarotenos, zinc y ácidos grasos omega-3, que favorecen la regeneración celular y combaten los radicales libres.

No olvides mantenerte hidratado: beber suficiente agua a lo largo del día es clave para una piel sana y luminosa.

6. Ajusta la iluminación y la distancia de las pantallas

Procura que la pantalla esté al menos a medio metro de tu rostro y ajusta el brillo para evitar la exposición directa a una luz intensa. Si trabajas en un espacio cerrado, intenta aprovechar la luz natural y utiliza filtros de pantalla o modo “luz cálida” durante la noche para reducir la emisión de luz azul.

Estos pequeños ajustes también ayudan a disminuir la fatiga ocular y mejorar la calidad del sueño.

7. Descansa la vista y la piel

Hacer pausas regulares es fundamental. Cada hora, intenta alejarte de la pantalla por al menos cinco minutos. Durante ese tiempo, puedes estirarte, hidratarte o simplemente mirar por la ventana.

Dormir bien también es una forma de cuidar tu piel. Durante el descanso nocturno, el cuerpo se regenera y produce colágeno, esencial para mantener la firmeza y elasticidad.

8. Apoya tu rutina con antioxidantes tópicos

El uso de sueros o cremas con vitamina C, niacinamida o resveratrol puede ayudar a contrarrestar los efectos de la luz azul. Estos ingredientes neutralizan los radicales libres y mejoran el tono y la textura de la piel.

Aplícalos por la mañana antes del protector solar o por la noche para potenciar la reparación celular.

Conclusión

Trabajar frente a pantallas es inevitable en la actualidad, pero eso no significa que tu piel tenga que pagar el precio. Con algunos cambios en tus hábitos y una rutina constante, puedes protegerla del estrés digital y mantener su salud y luminosidad a largo plazo.

La clave está en la prevención: cuidar tu piel hoy es invertir en su bienestar futuro.

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